San Pedro Arbués. Es el santo que conmemoramos el día 20 de septiembre. Fue un presbítero agustino aragonés, nacido en Épila, España en el año 1441. Fue un apasionado de la filosofía y sería martirizado hasta la muerte.
Fue enviado por sus padres a estudiar a la famosa y reconocida Universidad de Bolonia, lugar en el cual muchos de sus compañeros ya lo admirarían por todas sus habilidades académicas, inteligencia y además, era conocido por ofrecer un excelente trato a todos, y ser especialmente muy dedicado a sus estudios y actividades académicas.
Con el tiempo, San Pedro Arbués se gradúa como doctor en derecho, y regresa a España, en donde es nombrado Canónigo de la Catedral de Zaragoza, cargo que tomaría con mucho orgullo y responsabilidad. Se encargaría fielmente de proteger la fe católica en contra de los herejes que intentaban confundir a la población, dictando falsas doctrinas y ensuciado el nombre de la verdadera ve y el verdadero Dios. En diversas oportunidades, intentarían sobornar a San Pedro Arbués para hacer que se uniera a ellos, y por negarse, corrió peligro de muerte en varias ocasiones.
Muchas veces, se le aconsejó al santo ser acompañado por guardaespaldas, pues era conocido por defender apasionadamente su fe, dispuesto a enfrentarse en debate con cualquiera, y esto logró el odio de muchos herejes y apóstatas. Pero San Pedro Arbués no temía por su vida, pues confiaba en el poder de Dios Padre, a quien respetaba y por eso defendía de quienes mancharan su nombre. Solía decir que no necesitaba quien lo defendiera pues estaba dispuesto a morir por su fe, considerando aquella muerte, uno de los más grandes honores.
Un día, un grupo de herejes y judíos de Zaragoza, se reunieron para planificar e; asesinado del santo, y aprovecharon la noche del 14 de septiembre de 1485, mientras San Pedro se encontraba orando de rodillas para asesinarlo.
