Santa Regina. Fue una virgen y mártir cristiana, y es la santa que conmemoramos el día 7 de septiembre. Se dice que la santa, era extremadamente bella, y eso atraería al prefecto Olybrius, quien pediría la mano de Regina en matrimonio.
Su padre era un pagano de Alice, cuyo nombre era clemente. La madre de Santa Regina murió al poco tiempo de traerla al mundo, por lo que quedó al cuidado de una nodriza, quien sería la persona que educaría a Regina en la fe cristiana y también llegó a bautizarla.
El día en el que Olybrius le propone matrimonio, Regina se niega rotundamente, pues decía que su corazón sólo pertenecía a Jesús, su Salvador. Su padre, indignado, intenta dialogar con ella, pues no quería que su hija desaprovechara la oportunidad de casarse con un hombre tan rico. Aun así, Santa Regina no quería aceptar a aquel hombre como su esposo. Finalmente, saldría a la luz la verdadera fe de Regina ante el prefecto que pretendía obtener su mano en matrimonio, trayendo como consecuencia, que la joven cristiana fuse encerrada en un calabozo.
Durante aquel tiempo, Olybrius seguía intentando que Santa Regina aceptara su propuesta de casamiento, ofreciéndole fortuna y lujos si renunciaba a su fe, y como ella seguía negándose, este se desahogaba haciéndola azotar y torturándola constantemente. Una noche, mientras Regina lloraba y oraba para sentir la cercanía de Jesús en su momento de dolor, se dice que tuvo una visión Divina, donde se le anunció que su liberación estaba próxima.
Al día siguiente, el prefecto ordena nuevamente azotar a la cristiana, para luego decapitarla. Según narra la tradición cristiana, al momento de su martirio, aparecería una paloma blanca, justo después de haber sido decapitada por su fe. Se cree que esta paloma y la escena presenciada por tantos, causó la conversión de muchos de los presentes.
