San Gregorio Magno. Es el santo que conmemoramos el día 3 de septiembre. Conocido por haber sido el sexagésimo cuarto papa de la Iglesia Católica. Proclamado también como Doctor de la Iglesia, fue uno de los primeros monjes que logró alcanzar el honorable puesto de Papa.
Comenzando su vida religiosa como un monje, donde cumplía honorable y fielmente sus funciones como prefecto, San Gregorio deseaba sin dudas llegar a un puesto mucho mayor, por lo que se integra nuevamente al mundo, y con tiempo y años de trabajo, termina siendo ordenado como séptimo diácono de la Iglesia Romana.
Cuando en el año 590, una mortal enfermedad termina por arrebatarle la vida al Papa Pelagio, el pueblo, de manera unánime, pedirían que fuera San Gregorio quien tomara ahora el puesto como Pontífice. A pesar de la gran responsabilidad, Gregorio acepta la voluntad de Dios y del pueblo de Roma, y comenzaría de inmediato con su gran misión.
Su mayor reto fue evangelizar a los pueblos bárbaros, y su primera acción sería dejar de tratarlos como salvajes sanguinarios, e intentar integrarlos como hermanos, tal como Jesús habría enseñado. De esta forma, San Gregorio envía a numerosos e importantes misioneros para tan laboriosa misión, y luego de grandes esfuerzos, se vería la paz entre Roma y los pueblos bárbaros.
Lo grandioso de este Papa, fue también su gran preocupación hacia el pueblo y los más pobres. Realizó numerosas reformas en la administración de los bienes de la Iglesia, para de esta forma, darle más beneficios a los pobres, evitando grandes hambrunas y ganándose el amor y aprecio de todos. Otra de sus más importantes reformas fue la del canto, y es por ello que conocemos el popular canto gregoriano, canto que incluye en sus hermosas letras las liturgias de la Iglesia Católica.
Greogio muere un 12 de marzo del año 604, y es recordado por haber sido uno de los más grandes y famosos Padres de la Iglesia occidental.
