San Agustín de Hipona. Doctor de la iglesia que dedicó gran parte de su vida a escribir sobre filosofía y teología. Es el santo que conmemora la Iglesia Católica el día 28 de Agosto. Nace al norte de África, y fue hijo de un pagano de nombre Patrio, y de una noble y cristiana mujer, Santa Mónica.
En su juventud, San Agustín llevaría una vida para nada cristiana, siendo un gran dolor de cabeza para su madre, causándole mucho sufrimiento durante muchos años. A sus 32 años, era conocido por su vida pecaminosa, además de ser fiel creyente de la herejía maniquea.
A pesar de los grandes esfuerzos de su madre por educarlo dentro de la fe y costumbres cristianas, San Agustín de Hipona se desprendería muy rápido de esta vida. A pesar de esto, era un hombre apasionado por el estudio, principalmente la filosofía, y era sumamente elocuente al hablar, y era bastante notable su gran inteligencia. Sería su sed de sabiduría la que lo haría buscar una respuesta a la verdad, y con el tiempo, caería en las garras del maniqueísmo, con la idea equivocada de haber encontrado todas sus respuestas en aquella herejía.
Su madre, herida por las decisiones y el abandono de su hijo al Espíritu Santo, no lo vuelve a aceptar en su hogar cristiano, a pesar de amarlo infinitamente, oraba constantemente por la conversión de su hijo, y la salvación de su alma. Finalmente, San Agustín de Hipona entendería que aquellas creencias, no le convenían, y que era una simple doctrina que promovía la pasividad del bien ante el mal.
Con el tiempo, Agustín iría conociendo las bondades de la vida cristiana. Viaja a Roma y aprende más sobre la religión de su madre, terminando por descubrir las verdades que su alma buscaba. En el año 385, San Agustín acepta su vida cristiana y llena de gozo el corazón de su madre.