San Isaías. Fue uno de los profetas más famosos de Israel durante el siglo VIII a.C. y es el santo que conmemoramos el día 8 de julio. Considerado un héroe nacional, fue un maravilloso poeta nacido en Jerusalén.
Según se narra en el capítulo 6 de las profecías narradas por San Isaías, el mismo dice que Dios lo llama, escena que describe como una experiencia divina, en la cual, Isaías, sintiéndose minúsculo ante la presencia del Todopoderoso, le dice a Dios: “Ay de mí que soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo pecador, y mis ojos ven al Dios Todopoderoso”.
En ese momento, se acerca hasta San Isaías, uno de los ángeles que venían en compañía del Señor, y cuenta Isaías: “Voló hacia mí uno de los serafines, tomando una brasa encendida del altar, la colocó sobre mis labios y dijo: ‘Ahora has quedado purificado de tus pecados.’” Fue entonces desde ese día, que Isaías anuncia que ha sido elegido por el Señor para llevar su mensaje de amor.
De esta forma, San Isaías se dedicaría de manera apasionada a repartir en su pueblo el mensaje de Dios, pidiéndole a su gente que se apartarán del pecado y sus vidas pecaminosas, comenzando a llevar una vida mucho más agradable a los ojos de Dios. Pero nadie querría hacerle caso, y es así como la nación de Israel, caería en manos de un país extraño.
San Isaías es considerado uno de los más grandes profetas de la historia, luego de Cristo y Moisés. Isaías quería que aunque nos viéramos en situaciones muy apretadas, nunca dejáramos de confiar en Dios, pues él aseguraba que Dios protegía a su pueblo y a sus hijos, y todo se haría de acuerdo a su voluntad. Además, San Isaías sería el primer profeta de anunciar la llegada de un Mesías o Salvador, que vendría de la familia de David y sería portador de paz y justicia en el mundo, y vendría entre los humanos para enseñar sobre el amor hacia Dios.
