Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, es la Santa que conmemoramos el 15 de junio. Nacida en Madrid, España, el 1 de enero de 1809, bajo el nombre María de la Soledad Micaela Agustina Antonia Bibiana Desmaissières y López de Discastillo, con el título de Condesa de Jorbalán.
Proveniente de una familia de la aristocracia madrileña, Santa María Micaela tuvo una educación estricta y religiosa. Su vida, la cual se destacó en círculos de la aristocracia y realeza españolas, le valió, gracias a su formación y don conciliador, tanto la simpatía de la alta nobleza religiosa, como varios desaciertos a su virtud e integridad, por causa de habladurías malsanas e infundadas.
Muchos son los episodios y reflexiones atribuidas a Santa María Micaela, cuya virtud religiosa destacó entre los círculos sociales de la época. María Micaela perdió a sus padres quienes fallecieron cuando ella era aún muy joven.
Siendo su hermano mayor, diplomático de carrera y ella, la única representación femenina de su familia, se prestó para acompañarlo en muchísimos actos diplomáticos, pero siempre encontrando tiempo para hacer obras de admirable caridad y compasión hacia los pobres y desposeídos.
Tanta fue la pasión de Santa María Micaela, que, en una visita realizada al Hospital San Juan de Dios en Madrid, se apiadó de las mujeres que allí se encontraban enfermas, muchas de ellas, padeciendo por haber llevado vidas licenciosas, de prostitución y calle.
A ellas, dedicó sus cuidados amorosos en compasión y fe, lo que le valió innumerables críticas a esta santa que, sin desmayo y empeñada en su obra, logró fundar la Comunidad de Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento, dedicada a trabajar por la redención de mujeres y jóvenes que habían caído en la prostitución, extendiendo esta comunidad alrededor de España y del mundo.
Su dedicada entrega, le valió la santidad a esta heroica mujer, quien consagró su vida a su obra de caridad, hasta que una mortal enfermedad la llevó a la tumba el 24 de agosto de 1856, en la ciudad de Valencia.