San Bernabé, Apóstol. Originalmente, se llamaba José, pero su nombre sería cambiado por los apóstoles, quienes decidieron llamarlo Bernabé, que significa “el esforzado”, “el que anima y entusiasma”. Una de sus obras más recordadas es que vendería todas sus fincas, y obsequiaría el dinero a los apóstoles para repartirlo entre los pobres. Es el santo que celebramos el día 11 de Junio.
Nacido en Chipre, San Bernabé era judío. Su historia se menciona en las Sagradas Escrituras, en el cuarto capítulo de los Hechos de los Apóstoles. Fue elegido entre los apóstoles para predicar el Evangelio en Antioquía, y de esta forma, conseguir guiar e instruir a los neófitos. Para esta misión, San Bernabé obtendría la ayuda de San Pablo.
Ambos apóstoles predicarían con éxito en estas tierras, y conseguirían que Antioquía se convirtiera en un centro de evangelización, y consiguen que por primera vez, se le diera el nombre de cristianos a quienes adoraban a Cristo. En el libro de los hechos de los Apóstoles, a San Bernabé se le dedica un elogio bastante especial, que dice: “Bernabé era un hombre bueno lleno de fe y de Espíritu Santo” (Hechos 11,24).
Tiempo después, se le daría una nueva misión a San Bernabé, pero esta vez la cumpliría también con la ayuda de su primo Juan Marcos. Debían trasladarse a Seleucia y luego hacia Salamina, en Chipre. Pero primero, harían una parada por Pafos, ciudad donde lograron convertir al procónsul romano, Sergio Paulo. Antes de continuar con su viaje, Juan Marcos los abandona.
De regreso nuevamente hacia Antioquía, San Bernabé decide visitar todas las ciudades por las que habían pasado con anterioridad y de esta forma, confirmar y ordenar a los presbíteros. Se cree que ya para el año 60 o el 61, San Bernabé ya habría fallecido, supuestamente, martirizado y apedreado hasta morir.