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Evangelio del día 31-05-2018, el Evangelio de hoy

EVANGELIO DEL JUEVES, 31 DE MAYO DE 2018:

Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 31 de Mayo del 2018: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA

LECTURA DE LA PROFECÍA DE SOFONÍAS  3, 14-18

¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Aclama, Israel! ¡Alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén!

El Señor ha retirado las sentencias que pesaban sobre ti y ha expulsado a tus enemigos. El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti: ya no temerás ningún mal.

Aquel día, se dirá a Jerusalén: ¡No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos!

¡El Señor, tu Dios, está en medio de ti, es un guerrero victorioso! El exulta de alegría a causa de ti, te renueva con su amor y lanza por ti gritos de alegría, como en los días de fiesta. Yo aparté de ti la desgracia, para que no cargues más con el oprobio.

SALMO

SALMO 12

Del maestro de coro. En octava. Salmo de David.

¡Sálvanos, Señor, porque ya no hay gente buena,

ha desaparecido la lealtad entre los hombres!

No hacen más que mentirse unos a otros,

hablan con labios engañosos y doblez de corazón.

Que el Señor elimine los labios engañosos

y las lenguas jactanciosas de los que dicen:

«En la lengua está nuestra fuerza;

nuestros labios no defienden, ¿quién nos dominará?».

«Por los sollozos del humilde y los gemidos del pobre,

ahora me levantaré –dice el Señor–

y daré mi ayuda al que suspira por ella».

Las promesas del Señor son sinceras

como plata purificada en el crisol,

depurada siete veces.

Tú nos protegerás, Señor,

nos preservarás para siempre de esa gente;

por todas partes merodean los malvados

y se encumbran los hombres más indignos.

Explicación del salmo 12

EVANGELIO DEL DÍA

 SAN LUCAS 1, 39-56

En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.

Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!

¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?

Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.

Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».

María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!

Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen.

Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.

Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.

Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.

Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».

María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.


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