San Félix de Cantalicio, es el Santo que conmemoramos el 18 de mayo. Nacido en 1513, bajo el nombre de Felice Puerro, en la población italiana de Cantalice, , que para la fecha formaba parte de los llamados Estados Pontificios.
De origen muy humilde, San Félix era hijo de dos campesinos, cuya virtud era la piedad y la práctica del amor y obediencia a Dios en todos actos.
San Félix fue ciado bajo la fe católica y educado de tal modo que su vida y acciones se transformaron en un ejemplo latente de piedad, adoración y santidad. Tenía sumamente arraigado el don de la contemplación, por lo que su misticismo, entrega y adoración a Dios, se convirtió en la forma de vida que lo llevaría a la santidad.
Pero la mayor virtud de esta Santo fue su desbordada alegría y sentido del humor el cual ponía en práctica, a pesar de haber decidido llevar una vida de recogimiento, sacrifico y entrega, prácticas que desarrolló al unirse a la congregación de los Capuchinos.
Fue el mismo San Félix quien decidió llevar una vida entregada al sacrificio y a la penitencia, por lo que por más de 40 años y, ya entregado a la congregación, se dedicó a pedir limosna para el sustento de su comunidad, así como para ayudar a los pobres, acción que compartía además visitando a los enfermos y brindando consuelo a los moribundos y desahuciados
Su habilidad de entrega a la meditación y contemplación la mantuvo hasta su ancianidad, cuando se dice que tuvo una visión de la Santísima Virgen, rodeada de ángeles, momento en el cual falleció, el 18 de mayo de 1587, despojado de toda riqueza, pero habiendo dejado un inmenso legado y ejemplo de entrega, sacrificio, penitencia y ayuda al prójimo y necesitado.
Su canonización se otorgó el 22 de mayo de 1712 por el Papa Clemente XI.
