San Pío V. Papa. Nacido bajo el nombre de Antonio Michele Ghislieri, fue conocido por ser un fraile dominico, nombrado como Papa número 225. Nace en Bosco, una localidad italiana de la provincia de Alessandria y es el santo que celebramos el día 30 de abril. Lo recordamos por haber sido el santo que salvó a la Iglesia y a Europa de la invasión musulmana.
Antonio Michele recibiría su educación en Milán, y cuando cumple los 14 años, entra en la Orden de Predicadores, en donde adopta el nombre de Michele. Tiempo después, para el año de 1556, es elegido como obispo de Nepi y Sutri, y tan sólo un año después, es nombrado Inquisidor General y Cardenal.
Ganando fama por sus opiniones contra las herejías de su época, además que en comparación a la laxitud moral de la Iglesia Católica, San Pío V llegaría a alcanzar el puesto como Papa para el año de 1565, momento en el que adopta su nombre de Pío V.
Siendo un hombre serio y severo, pero a la vez muy piadoso y humilde, ya sería venerado por muchos por su santidad. San Pío V oraba fervientemente a diario y frecuentaba visitas a los hospitales para asistir laboriosamente a los enfermos en persona.
Su pontificado sería complicado, le tocaría enfrentarse a la difusión que se estaba dando del protestantismo y las invasiones turcas, causas por las que trabajó de manera incansable. Fue un admirable ejemplo de humildad e inagotable actividad.
Desde que San Pío V tomó el cargo de Papa, dedicaría toda su energía a preservar el espíritu dominicano y estimula exitosamente la formación teológica de los clérigos. En el año de 1572, San Pío V sufre de una dolorosa enfermedad que causaría su muerte un 1 de mayo de ese mismo año, teniendo para entonces 68 años de edad.