Santa Engracia de Zaragoza. Virgen y mártir que sufriría por su fe n la época de Diocleciano, época en la que los cristianos son perseguidos y torturados de las formas más crueles y violentas de todos los tiempos. En España, el emperador enviaría al cruel Daciano, quien condenaría a todo cristiano que no estuviera dispuesto a renegar su fe. Esta es la santa que recordamos el día 16 de abril.
En aquellos días, llega a Zaragoza la joven Santa Engracia quien viajaba de Brácara, ciudad de Gallaecia. Engracia era la hija de un noble hispanorromano que viajaba para el cortejo nupcial de su amado prometido que vivía en aquellas tierras.
La joven santa viajaría con la compañía de dieciocho caballeros de su familia. Cuando Santa Engracia llega a la ciudad de Zaragoza, descubre la terrible persecución que reciben los cristianos por ordenes de Diocleciano, y tomaría entonces la decisión de visitar a Daciano, para reprochar su actitud hacia el pueblo de Cristo.
Ante las elocuentes palabras de Santa Engracia que a su vez, serían apoyadas por sus 18 caballeros, Daciano mandaría a capturarlos y azotarlos. Seguidamente, Daciano intentaría seducir a la joven y santa virgen, para luego exigirle que renunciara a su fe, a lo que Santa Engracia se negaría rotundamente.
Ante el rechazo y negación de la joven, iniciaría uno de los martirios más crueles. Siendo nuevamente flagelada, pasaría luego a ser atada a un caballo para que luego el mismo la arrastrara por toda la ciudad, maltratando considerablemente su cuerpo, y pasaría a ser encerrada en prisión mientras pensaban en cómo seguir torturando a la mujer para que renunciara a su fe.
Santa Engracia fue colocada en una cruz e aspa, un uñas de hierro le arrancaron el hígado; uno de sus pechos fue amputado, y finalmente, fue asesinada con un clavo en la frente.