San Francisco de Paula. Se trata de un eremita que llegó a fundar la Orden de los Mínimos y a diferencia de otros fundadores de diversas órdenes religiosas, nunca fue ordenado como sacerdote. Reconocido como santo de la Iglesia católica, su festividad es celebrada el día 2 de abril.
Sus padres tendían ya varios años de casados, cuando finalmente se encomendaron a San Francisco de Asís para que este les concediera un hijo. Así nace San Francisco de Paula un 27 de marzo del año 1416 bajo el nombre de Francisco Roberto.
De bebé, le tocó padecer una enfermedad en el ojo, por lo que sus padres nuevamente se encomendaron a San Francisco de Asís, prometiéndole que su hijo vestiría por todo un año el hábito franciscano dentro de esta orden. El pequeño San Francisco de Paula mejoraría, por lo que creció como un joven religioso, mostrando siempre gran obediencia ante sus padres.
Pasado el año, San Francisco de Paula realizaría una peregrinación junto a sus padres hacia Roma, Asís, Loreto, Espoleto, Montecasino y la ermita del monte Luco. Se dice que en Roma, le impactaría la vida lujosa que llevaban los altos dignatarios eclesiásticos, por lo que personalmente se dirige al cardenal Cusano, comentándole que Jesús no llevaba tal vida tan lujosa, ni vestidos tan suntuosos.
Luego de esto, el santo dedicaría largas oras de meditación sobre la vida religiosa basada en la pobreza, y regresando a Paula, se retiraría hacia una cueva aislada en la finca perteneciente a su padre, donde viviría entonces una vida en soledad, dedicándose únicamente a la oración y penitencia.
Muchos hombres seguirían su santo ejemplo, por lo que San Francisco de Paula tuvo que fundar varias casas para sus religiosos. Tiempo después, el Papa Pablo VI diría que San Francisco era un verdadero ejemplo para quienes deseen llamar la atención de sus gobernantes que terminan por abusar de su poder y se dejan poseer por los deseos materiales.