Santa Francisca Romana. Es la Santa que celebramos el 9 de marzo. Nació en Roma en 1384, de padres nobles y ricos, fue criada bajo la fe cristiana y al cumplir los 12 años manifestó su voluntad de ser Monja, sin embargo, sus padres no lo aceptaron y la dieron en matrimonio cuando contaba con 13 años al también noble Lorenzo Ponziano, quien era militar, comandante de las tropas papales en Roma.
De ese matrimonio, se dice que muy feliz y armónico, nacieron 3 hijos, dos de los cuales murieron a causa de la peste bubónica que azotó gran parte de Europa durante el siglo XIV. Esas pérdidas llenaron a Santa Francisca de una profunda tristeza, pero también de una profunda sensibilidad hacia los pobres y necesitados.
Aún casada con Lorenzo Ponziano, y de mutuo acuerdo con él, Santa Francisca acordó mantener votos de castidad, que mantuvo hasta la muerte de su esposo en 1436, quien fue herido de gravedad durante las Guerras Papales en el Cisma de Occidente.
Santa Francisca, se convirtió en miembro de la Cofradía de Oblatas Benedictinas y allí fue Fundadora del Monasterio para las Oblatas de esa Comunidad, recibiendo aprobación papal el 4 de julio de 1433. Tras la muerte de su esposo, se trasladó al Monasterio fundado por ella donde se destacó por su humildad, obediencia y paciencia, desarrollando dotes de Contemplación. Murió enferma el 9 de marzo de 1440, tras haber cuidado y curado a su único hijo sobreviviente.
Su canonización fue otorgada por el Papa Paulo V el 9 de mayo de 1608, siendo venerada como Patrona Benedictina de todos los oblatos de esa Orden y desde 1925 como Patrona de los Automovilistas, al correr la leyenda de que un Ángel de la Guarda, solía alumbrar su camino con una linterna mientras ella viajaba, lo que la mantenía a salvo de adversidades.
