San Gaspar del Búfalo. Fundador de los Misioneros de la Preciosa Sangre, fue un sacerdote y religioso italiano, celebrado como santo por la Iglesia Católica el día 19 de febrero. Nació en Roma en el año 1786 y sería ordenado como sacerdote en el año 1808.
En 1809, Napoleón pondría preso al Papa Pío VII, por lo que tanto San Gaspar como todos los sacerdotes que permanecían fieles al Papa, serían desterrados. Derrotado Napoleón para el año 1814, el Pontífice vuelve libre a Roma junto con el resto de los sacerdotes exiliados, y el Padre Gaspar se encontraría en la ciudad eterna con una gran labor por hacer, luego de tantos años sin sacerdotes.
Es entonces cuando este santo, propone la fundación de una nueva comunidad religiosa: Los Misioneros de la Preciosa Sangre, para predicar de pueblo en pueblo, esparciendo la palabra del Señor en aquellas ciudades que habrían sido despojadas de sus sacerdotes. El propio sumo pontífice le recomendó que empezara por Nápoles.
San Gaspar y sus sacerdotes recorrían pueblos y ciudades predicando el evangelio y la conversión. Padecían frío, hambre, pobreza y persecuciones, pero eran recompensados con la buena fe de las personas convertidas, lo que valía la pena de todo su sacrificio. Todo el que escuchara a los apasionados sacerdotes, al verlos tan mortificados y a la vez tan elocuentes en su hablar, eran cautivados por sus palabras y motivados a cambiar sus vidas, siguiendo el camino cristiano.
Al finalizar cada misión, San Gaspar le decía a sus compañeros: “¿Si es tan bonito trabajar por Nuestro Señor aquí en medio de tantas fatigas, cuánto más será estar junto a Él en el cielo donde no hay dolor ni cansancio?.”
Años más adelante, ya bastante enfermo y cansado, seguía con sus compañeros en su misión por el mundo, sufriendo de una terrible fiebre que le hacía pasar mucho trabajo y sed, pero él decía que su martirio podía convertir pecadores. Muere un día en Roma en el año de 1836.