EVANGELIO DEL VIERNES, 16 DE FEBRERO DE 2018:
Conoce el evangelio del día, evangelio de hoy 16 de Febrero del 2018: Primera lectura, el salmo y el evangelio o palabra de Dios.
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE ISAIAS 58, 1-9a
¡Grita a voz en cuello, no te contengas, alza tu voz como una trompeta: denúnciale a mi pueblo su rebeldía y sus pecados a la casa de Jacob!
Ellos me consultan día tras día y quieren conocer mis caminos, como lo hará una nación que practica la justicia y no abandona el derecho de su Dios; reclaman de mí sentencias justas, les gusta estar cerca de Dios:
«¿Por qué ayunamos a tú no lo ves, nos afligimos y tú no lo reconoces?». Porque ustedes, el mismo día en que ayunan, se ocupan de negocios y maltratan a su servidumbre.
Ayunan para entregarse a pleitos y querellas y para golpear perversamente con el puño. No ayunen como en esos días, si quieren hacer oír su voz en las alturas,
¿Es este acaso el ayuno que yo amo, el día en que el hombre se aflige a sí mismo? Doblar la cabeza como un junco, tenderse sobre el cilicio y la ceniza: ¿a eso llamas ayuno y día aceptable al Señor?
Este es el ayuno que yo amo –oráculo del Señor–: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos;
compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne.
Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu llaga no tardará en cicatrizar; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor.
Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: «¡Aquí estoy!».
SALMO
SALMO 50
El Dios de los dioses, el Señor,
habla para convocar a la tierra
desde la salida del sol hasta el ocaso.
Dios resplandece desde Sión,
que es el dechado de toda hermosura:
ya viene nuestro Dios, y no callará;
un fuego devorador lo precede,
la tempestad ruge a su alrededor.
El llama desde lo alto al cielo y a la tierra,
para entablar un juicio contra su pueblo:
«Reúnanme a mis amigos,
a los que sellaron mi alianza con un sacrificio».
¡Que el cielo proclame su justicia,
porque Dios es el único Juez!
«Escucha, pueblo mío, yo te hablo;
Israel, voy a alegar contra ti:
yo soy el Señor, tu Dios.
No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero yo no necesito los novillos de tu casa
ni los cabritos de tus corrales.
Porque son mías todas las fieras de la selva,
y también el ganado de las montañas más altas.
Yo conozco los pájaros de los montes
y tengo ante mí todos los animales del campo.
Si tuviera hambre, no te diría,
porque es mío el mundo y todo lo que hay en él.
¿Acaso voy a comer la carne de los toros
o a beber la sangre de los cabritos?
Ofrece al Señor un sacrificio de alabanza
y cumple tus votos al Altísimo;
invócame en los momentos de peligro:
yo te libraré, y tú me glorificarás».
Dios dice al malvado:
«¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras?
Si ves a un ladrón, tratas de emularlo;
haces causa común con los adúlteros;
hablas mal sin ningún reparo
y tramas engaños con tu lengua;
te sientas a conversar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu propia madre.
Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara,
Entiendan bien esto, los que olvidan a Dios,
no sea que yo los destruya sin remedio.
El que ofrece sacrificios de alabanza
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino
le haré gustar la salvación de Dios».
EVANGELIO DEL DÍA
SAN MATEO 9, 14-15
Entonces se acercaron los discípulos de Juan y le dijeron: «¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?».
Jesús les respondió: «¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.