Noticias Cristianas. Después de haber realizado su encuentro con los sacerdotes, religiosos y seminaristas en Perú, el Papa Francisco iría seguidamente a presidir una celebración mariana muy especial en las calles de Trujillo, en la Plaza de Armas de Trujillo, donde reconoció a la Virgen de la Puerta de Otuzco como “Madre de Misericordia y de la Esperanza”.
María, Madre de Misericordia y Esperanza que nos guía y nos abre camino a la vida auténtica
Iniciado el evento que se celebró en las calles de Trujillo, el Arzobispo de Trujillo, Mons. Miguel Cabrejos iniciaría el discurso de apertura, dándole la bienvenida al Sumo Pontífice a la celebración mariana y al país, expresando igualmente el amor que junto al pueblo, le tiene “a la Madre de Jesús y Madre nuestra, en esta bendita advocación de la ‘Inmaculada Virgen de la puerta de Otuzco’”.
Luego de la bienvenida, durante el discurso que daría el Papa Francisco al presidir la celebración de la Santa Virgen, continuaría con las declaraciones del obispo de Trujillo, explicando a los cristianos presentes que nuestra Virgen María, “nos sigue defendiendo e indicando la Puerta que nos abre camino a la vida auténtica, a la Vida que no se marchita. Ella es la que sabe acompañar a cada uno de sus hijos para que vuelvan a casa. Nos acompaña y lleva hasta la Puerta que da Vida, porque Jesús no quiere que nadie se quede afuera, a la intemperie”.
Francisco celebra a las madres y abuelas del Perú
Tras sus palabras de apertura durante la celebración mariana en las calles de Trujillo, Francisco también declararía sobre la Inmaculada Virgen de la Puerta de Otuzco, a quien reconoce como “Madre de Misericordia y de la Esperanza”.
“Ella nos indica el camino a casa, ella nos lleva a Jesús que es la puerta de la Misericordia”, agregaría antes de terminar con su discurso, en el cual también pidió pensar en las madres y abuelas, pues ellas “son verdadera fuerza motora de la vida de las familias del Perú”. Con esto, el Papa haría un llamado a luchar contra la “plaga” del feminicidio, la cual ha afectado gran parte del continente americano.
Finalizado el evento, Francisco terminaría coronando a la Virgen de la puerta como Madre de la Misericordia y la Esperanza.
