San Pedro Tomás. Es el santo del día 6 de enero. Fue un carmelita, arzobispo de Creta y patriarca latino de Constantinopla. A la edad de 20 años, ingresó al Carmelo y gracias a sus cualidades, en poco tiempo lograría convertirse en el Superior General de la Orden Carmelitana, además de en uno de los miembros más calificados del llamado Curia pontificia. Es invocado como protector contra la peste.
Nace en un pueblo pequeño del Perigord francés, en la diócesis de Sarlat dentro de una familia muy pobre y humilde. Cuando fue nombrado años más tarde, procurador general de la orden los Carmelitas, iría a vivir hacia Aviñón, donde residían entonces los papas; este nombramiento comprueba las cualidades que tenía como hombre de negocios.
Gracias a la notable elocuencia que poseía San Pedro Tomás, se daría a conocer fácilmente, inclusive, se le encomendó una oración fúnebre para Clemente VI. En el año de 1354, sería nombrado obispo y representó al Papa en Milán, durante las ceremonias de la coronación del emperador Carlos IV como rey de Italia. Más adelante, se le confía la misión de allanar las dificultades que habrían surgido entre Venecia y Hungría.
Inocencio VI y Urbano V, confiaron tanto en Santo Pedro Tomás, que lo colocarían al mando de unas expediciones de carácter militar. Para el año 1359, sería enviado entonces hacia Constantinopla, junto con las tropas y una buena cantidad de dinero, como “Legado Universal a la Iglesia de Oriente. Más adelante, en el año 1365, nuevamente estaría al mando de las fuerzas que serían enviadas al ataque de la infiel Alejandría.
Esta última expedición terminaría de manera desastrosa, y San Pedro Tomás muere tres meses más tarde en Chipre. Se le honró como a un mártir debido a que murió a causa de sus heridas, aunque no está inscripto en el Martirologio a ese título.