Noticias Cristianas. En Estados Unidos, varios obispos católicos y líderes anglicanos, luteranos u ortodoxos, han acordado para firmar una carta abierta, en la que recuerdan a la sociedad que la existencia de una diferencia sexual “no es un accidente o un defecto” sino “un regalo de Dios” por lo que han advertido a sus fieles sobre los peligros existentes en la llamada ideología de género, la cual perjudica gravemente a la sociedad, especialmente a los niños.
La ideología de género, siembra confusión y daños irreparables en la sociedad
Los líderes religiosos advierten de los peligros que comprenden la ideología de género, especialmente para los niños. “La ideología de género daña a individuos y sociedades al sembrar confusión.” Cuando a los niños se les habla de poder cambiar de sexo, por sentirse en el sexo equivocado, se les dan hormonas a temprana edad que afecten su desarrollo, la sociedad comienza a crear daños irreparables en vez de tratar el problema con sensibilidad y honestidad.
“Unimos nuestras voces en uno de los preceptos más fundamentales de nuestra existencia compartida, a saber, que los seres humanos son hombres o mujeres y que la realidad sociocultural del género no puede separarse del sexo de uno como hombre o mujer”, declaran. “Creemos que Dios creó a cada persona, hombre o mujer; por lo tanto, la diferencia sexual no es un accidente o un defecto; es un regalo de Dios.”
Líderes religiosos afirman que la ideología de género obliga a las personas a estar de acuerdo con algo que no es cierto
Insisten entonces en esta carta en que la identidad sexual “es una realidad complicada que debe abordarse con sensibilidad y verdad”. “Cada persona merece ser escuchada y tratada con respeto; es nuestra responsabilidad responder a sus preocupaciones con compasión, misericordia y honestidad.” Igualmente criticarían que esta “ideología de género” que impulsa la falsa creencia de que un hombre puede ser o convertirse en mujer o viceversa, resulta ser preocupante, pues “obliga a las personas a ir contra la razón.”
Finalizarían la carta pidiendo: “Políticas que defiendan la verdad de la identidad sexual de una persona como hombre o mujer, y la privacidad y seguridad de todos”.