San Urbicio, también conocido como San Úrbez, es un el santo que se celebra el día 15 de diciembre. Es famoso por ser un monje eremita nacido en Francia durante el siglo VIII. Su historia es una llena de humildad y entrega hacia cristo.
Nación en el año 702, en Burdeos, Francia. Sus padres eran cristianos, y gentiles con él. Sin embargo, San Urbicio quedó huérfano joven, ya que a la edad de 13 o 14 años, su padre murió durante una batalla contra los musulmanes que se encontraban conquistando el ducado franco de Aquitania, hasta que fueron totalmente derrotados por Carlos Martel en la batalla de Poitiers en el año 732.
Durante la invasión árabe, San Urbicio y su madre fueron llevados a Al-Ándalus como botín de guerra. Y aunque su madre pudo lograr la libertad y volver a Burdeos poco después debido a que se habría ganado el favor de su señor, Urbicio permaneció en prisión y sirviendo fielmente a sus amos musulmanes. Durante todo su confinamiento servil ante los musulmanes, el joven San Urbicio permaneció fuerte a sus creencias cristianas, siendo totalmente devoto a la Virgen María y a los Santos Niños, Justo y Pastor. Debido a esta fuerte devoción, San Urbicio acudió a Alacalá de San Justo, donde se encontraban las reliquias de ambos.
Poco después de ser liberado debido a la misericordia de sus amos, rescató los cuerpos de ambos santos de su santuario al ver el descuido y profanaciones que sufrían. Llevo ambas reliquias hasta Burdeos.
Pasó el resto de su vida en soledad y contemplación de Dios, siendo un pastor para varios pueblos de las regiones cercanas de Burdeos. Durante su vida eremítica, muchas personas acudieron a él por tener fama de hombre santo, a quienes iluminó en el camino de cristo y ayudó en todos los problemas posibles.
Murió alrededor del año 802, en Nocito, Huesca; debido a su edad avanzada.