San Nicolás de Bari fue un obispo que vivió en el siglo IV. Su nombre significa “Protector y defensor de los pueblos”, fue un santo tan popular en la antigüedad que se le han consagrado más de dos mil templos en el mundo, además, su figura fuera del mundo cristiano llegó a ser notable por haberle dado origen al mito de Santa Claus, conocido también como Papá Noel.
San Nicolás habría nacido en Patara, región de Licia (actualmente dentro del territorio de Turquía) en el seno de una familia adinerada. Ya desde muy pequeño, destacaba por su carácter piadoso y generoso. Fueron sus padres quienes eran fervientes cristianos y lo educaron en la fe. Tras su muerte, Nicolás heredaría su gran fortuna, la cual pondría al servicio de los necesitados para luego irse a vivir a Myra.
Según cuentan las leyendas, al llegar a Myra sería nombrado obispo de la forma más peculiar: resulta ser que varios sacerdotes y obispos se encontraban debatiendo sobre quién sería el futuro obispo, pues el anterior había fallecido. Decidirían entonces que el próximo sacerdote en entrar al templo, sería nombrado obispo, y justo en ese momento, entraría San Nicolás de Bari.
San Nicolás de Bari suele ser pintado rodeado de niños, esto se debe a otra leyenda que cuenta el instante en el que un criminal hirió a chillo a varios niños, el santo al encontrarlos, rezó tan fervientemente por ellos que obtuvo su curación instantánea.
El obispo de Myra moriría el 6 de diciembre del año 343 en Myra, pero sus restos descansan en la ciudad portuaria italiana de Bari, ya que allí darían a parar en el momento que fueron sacados de Turquía tras la conquista musulmana. Luego de su muerte, San Nicolás de Bari se convirtió en el primer santo, no mártir en gozar de una especial devoción en Oriente y Occidente.
