San Sabas Abad, nacería en cerca de Cesárea de Capadocia, actual Turquía en el seno de una familia cristiana. Fue uno de los monjes más famosos de la antigüedad y se dedicaría a la vida de oración, meditación y dirección espiritual. Es el santo que celebramos el día 5 de diciembre.
A sus 8 años de edad, San Sabas sería rechazado por sus parientes, por este motivo decidió retirarse a un monasterio, y tras haber pasado varios años como monje ejemplar de su tierra, decidiría partir en un viaje a Jerusalén, con el objetivo de aprender de la santidad de los monjes pertenecientes a ese país.
Dedicaría entonces a llevar una vida de oración y penitencia. Trabajaba por lo menos diez horas al día. Hacía canastos y los vendía para así poder llevar alimentos a los más ancianos y débiles que conocía. En su viaje, San Sabas pasaría cuatro años seguidos en un desierto sin hablar con nadie, hasta que comenzó a encontrarse con varios monjes en su camino, que le pedirían los dirigiera hacia la santidad.
De esta forma, San Sabas alcanzaría a tener 150 monjes cerca del Mar Muerto, y cuando el santo tendría ya unos 50 años de edad, fue ordenado sacerdote por el Arzobispo de Jerusalén, también sería nombrado jefe de todos los monjes de Tierra Santa y gracias a una herencia que le habrían dejado sus padres, logró construir dos hospitales.
En tres ocaciones, encomendarían a San Sabas a viajar por Constantinopla, residencia del emperador. Su objetivo sería obtener que este no apoyara a los herejes y que su mandato, favoreciera a Tierra Santa.
San Sabas contrajo una enfermedad muy fuerte, y terminaría por fallecer el día 5 de diciembre del año 532 a sus 94 años de edad. Su monasterio Mar Saba, cerca del mar Muerto, es uno de los monasterios de más antigüedad que existen actualmente en el mundo.