Santa Fermina es la santa que es celebrada el día 24 de noviembre. Es conocida por ser una viren que murió siendo mártir por el cristianismo. También es conocida por ser la patrona de Civitavecchia, Italia.
Según la leyenda, esta cuenta Santa Fermina habría de nacer en el siglo III, pero no se tiene una fecha específica. Y aunque se sabe que murió a manos de una persecución por Diocleciano, la información de su vida no se habla hasta el siglo VI. Poco a poco, a esta leyenda se le han ido añadiendo detalles que muchos describen como de “carácter dudoso”.
La leyenda más popular y simple de Santa Fermina, cuenta que ella había nacido bajo el cuidado de una familia de mucho estatus y dinero. Su padre habría sido el prefecto de Calpurnio, Roma. Cuando fue creciendo, un funcionario del gobierno de turno trató de seducirla, pero debido a que ella se encontraba totalmente entregada a la pasión que sentía por el cristianismo, esta lo rechazó.
Poco después de esto último, Santa Fermina dejó a su familia para poderse dedicar a la oración, retirada de gran parte de la sociedad, y yéndose a la ciudad de Amelia de Umbría, en donde fue perseguida por Diocleciano y martirizada por esto.
Su santificación se atribuye a grandes milagros que llegó a realizar. Entre estos, uno muy famoso es cuando ella apareció delante de una tripulación de marineros que se encontraban en una travesía marítima hacia Centumcellae; y cuando una fuerte tormenta arremetió contra ellos, Santa Fermina intervino y calmó la tormenta de manera milagrosa. Poco después de esto, se dice que Santa Fermina vivió y tuvo repetidas apariciones en una gruta que se encontraba cerca del puerto que había donde la tripulación se encontraba en apuros. Sobre esta gruta fue construida el fuerte Miguel Ángel poco después.