Santa Winifreda o Winifreda de Gales sería la santa más famosa, abadesa de Gales, tanto en su patria como fuera de la misma. Es la santa que celebramos el día 2 de noviembre.
Winifreda nace en Gales, se cree que a fines del siglo VI o a principios del VII y fue descendiente de una familia dueña de muchas tierras en lo que es hoy Flintshire. En estas tierras estaba incluida una ladera desde la cual se veía Holywell. Según cuenta la tradición, en este lugar fue construido el convento de Santa Winifreda.
San Beuno quien fue tío de la santa, habría construido una capilla en esta ladera, donde se dedicaba a ofrecer Misa y predicaba a las personas. Winifreda fue una de sus más fieles asistentes, a su corta edad, mantenía una vida de completa devoción, pasando largas y enteras noches en la iglesia. Bajo la tutela de San Beunio, se encaminaría rápidamente para consagrarse a Dios.
Santa Winifreda tenía un gran encanto personal, notables dones de intelecto y dueña de una belleza sin igual. La fama de su belleza había llegado a los oídos de Caradoc, hijo del vecino Príncipe Alen quien iría en persona a presionar a Winifreda a casarse con él y esta lo rechazaría al querer seguir su camino a la santidad.
Caradoc, indignado por el rechazo de Santa Winifreda, desenvainó su espada y la decapitó de un solo corte. Beuno al encontrar su cuerpo decapitado, reunió otra vez la cabeza con el cuerpo de la santa y la hizo resucitar. Después de aquello, vivió su piadosa vida hasta una avanzada edad.
En el actual santuario de Holywell, existe una piscina en forma de estrella que se encuentra en el centro; quienes la visitan hablan de lo restauradora que llega a ser para el espíritu, e igualmente existen numerosos testimonios del poder curativo de la fuente.