El día de Todos los Santos se celebra el 1 de noviembre de todos los años; es una tradición para honrar y recordar a las personas que han fallecido. Aun así, en esta fecha, también existen otras celebraciones oficiales. San Austremonio fue misionero en Armenia, se le venera como apóstol y el primer obispo de Clermont, y es el santo que celebramos el 1 de noviembre.
San Autremonio fue apóstol y obispo de Auvernia (c. 314). Aunque no se conocen detalles específicos de su vida, parece que fue uno de los Apóstoles de la Galia enviados por el papa Fabián en el año 250 para cristianizar la Galia. Este hecho se ve en una carta que realizó el papa Zósimo quien le escribe a un obispo galo.
Existe una creencia sobre San Austremonio, donde se dice que el apóstol habría sido convertido por San Pedro, a quien terminó acompañando a Roma. Al llegar, Pedro manda a Autremonio a Galia para que predique en Auvernia. En Clarmont, logra convertir al senador romano Casio y a un sacerdote pagano de nombre Vitorino. Pero según un estudio de las listas episcopales, se dice que San Autremonio difícilmente pudo haber precedido al comienzo del siglo IV, ya que su tercer sucesor murió ya para el año 385.
Otra leyenda fantasiosa del obispo Austremonio, nos narra que el santo habría sido asesinado por un rabino judío por haber llegado a convertir a su hijo. El rabino le cortó la cabeza a San Austremonio y terminó por arrojarla a un pozo, pero los cristianos descubrieron esto, gracias al rastro de sangre que dejó desde donde el rabino inició el asesinato, hasta el pozo.
Es por esta leyenda que antiguamente se le veneraba a San Austremonio como mártir, categoría que, sin embargo, ya hoy en día no se le da.