San Antonio María Claret es el santo que se celebra el 24 de octubre. Su vida fue una de entrega a Dios, Evangelización y sacerdocio inigualable.
Su vida comenzó en Sallent, España; y fue el quinto de 11 hijos que tuvieron sus padres, Juan Clares y Josefa Clará; un par de tejedores.
Al principio de su vida, San Antonio María Claret estuvo en el negocio familiar, pero para poder perfeccionarse, quiso ir a Barcelona bajo permiso de su padre. Fue allí donde empezó a escuchar la llamada cristiana de Dios, y por ende terminó tomando el seminario de Vich y se ordenó en el sacerdocio en 1835.
Su vida estuvo llena de entrega a Dios, al punto de poder alcanzar ser párroco de Sallent y de Viladrau. Su entrega dentro de los rangos de la iglesia llegó a lo más alto luego de que en 1851 fuera nombrado arzobispo de Santiago de Cuba, aunque renunció al puesto en 1857.
También fue muy conocido por ser el confesor personal de la reina Isabel II, a quien acompañó incluso durante su destierro.
Fue un activo participe del Concilio Vaticano I. Y cuando en cierto punto de su vida quiso dejar la corte, el mismísimo Papa Pío IX, le pidió que continuara al lado de la reina Isabel II.
También se puede mencionar que San Antonio María Claret, fue un participe de varias fundaciones de congregaciones religiosas en el mundo, más específicamente la de los Misioneros Hijos del Corazón de María, conocidos popularmente como los claretianos.
Sin embargo, la vida cristiana de San Antonio María Claret termina cuando fallece en Frontfroide, Francia. Luego de esto, se tiene que destacar que fue canonizado a manos del Papa Pío XII, el 7 de mayo del año 1950.
Al final de cuentas, su vida fue una de total amor a dios, buscando la evangelización a donde fuese.
