Durante la catequesis en la Audiencia General realizada el miércoles 27 de septiembre, el Papa Francisco invitó a combatir a los enemigos de la esperanza. Con sus sabias palabras centró su mensaje en la firme idea de combatir la tristeza y la desesperanza. El Santo Padre se refirió a la esperanza como un aliento de vida.
La esperanza alimenta la vida
Es común asegurar “mientras haya vida hay esperanza”. Sin embargo el Papa Francisco fue enfático al afirmar que eso no es cierto. Muy por el contrario señaló que la esperanza es el alimento de la vida. Fue la fuente de inspiración para que el hombre saliera de las cuevas. Es por tanto la fuerza que debe motivarnos para enfrentar las duras pruebas de Dios.
Citó muchos ejemplos de hombres y mujeres con grandes necesidades que han salido adelante porque mantuvieron viva la esperanza. Francisco aludió al poeta francés Charles Péguy, quien en sus páginas ha escrito en profundidad sobre la esperanza. Una cita textual señala que “Dios no se sorprende tanto por la fe de los seres humanos, ni siquiera por su caridad; sino que lo que realmente le llena de maravilla y le conmueve es la esperanza”.
No te dejes llevar por la desesperanza
Recordó el Papa Francisco que los pobres son grandes portadores de esperanza, pues la esperanza “no es virtud para gente con el estómago lleno”. Por tanto invitó a no dejarse caer en la desesperanza por muy difícil que se muestre el camino. Siempre es necesario desear algo, querer alcanzar algo. Un alma triste y vacía es un obstáculo para no dejar entrar la esperanza.
El Papa llamó a cuidar el propio corazón. Se refirió al hecho de no dejarse llevar por la infelicidad ni dejarse tentar por mensajes tristes que no provienen de Dios. Por el contrario, hizo énfasis en la fe y en la palabra de Dios para recuperar fuerzas cuando se necesite. Por muy duro que se visualice el panorama una oración renueva la esperanza. Cerró diciendo “no estamos solos para combatir la desesperación…Ninguno nos robará la esperanza”.
