Javier del Río, Monseñor del episcopado peruano, vivió por doce años alejado de la Iglesia. Pero esto cambio luego que el Papa Juan Pablo II realizó una visita al Perú; durante esa época el Monseñor vivía una crisis existencial y cuando vio al Papa Juan Pablo II, conoció que la verdadera felicidad si existe. Actualmente, Monseñor Javier del Río es arzobispo de Arequipa, una de las diócesis con más de un millón de católicos.
Luego de ver a Juan Pablo II
Monseñor del Río comenzó como sacerdote en un seminario misionero que se encontraba vinculado al Camino Neocatecumenal. Desde ese momento comenzó a acercarse a Dios luego de los 12 años que vivió alejado del Señor; fue de esta manera como comenzó a superar su crisis existencial por la que estaba atravesando.
El Papa Juan Pablo II fue la figura que permitió que el monseñor descubriera su vocación para el sacerdocio. Durante sus inició comenzó su seminario para convertirse en sacerdote; Luego comenzó como obispo auxiliar en Callao, para terminar convirtiéndose en el arzobispo de Arequipa.
Una manera diferente de hablar
El arzobispo es uno ferviente oponentes de la ideología de género. Su nombre siempre se encuentre publicado en los medios de comunicación, tanto peruanos como los medios internacionales. El arzobispo siempre recuerda que un buen católico no puede votar por un candidato político que este a favor del aborto o del matrimonio homosexual; ya que no “sería un pastor si no alertarse a las ovejas ante la presencia del lobo”.
Una característica que ha marcado al arzobispo del Río, es que tiene una manera muy clara y fuerte de hablar; “no podría vivir tranquilo si me quedara callado” comentó; por esto siempre se encuentra en el ojo del huracán. Pero por esto no lo hace menos querido, ya que toda la comunidad le tiene aprecio al arzobispo Javier del Río.