La pereza implica que una persona descuida sus obligaciones, es la falta culpable de esfuerzo, ya sea este físico, espiritual, acedia u ociosidad.
Pecamos de pereza cuando tenemos desgana (siendo esta por nuestra culpa) para llevar a cabo el cumplimiento de las obligaciones, tanto en el trabajo como en el estudio. Incluye el estar ociosos, o la propia procrastinación (dejar para mañana aquello que podrías hacer hoy).
Se considera también pereza espiritual, cuando existe desgana para cumplir con los mandamientos divinos y responder a las gracias divinas. Como cuando no acudimos a la iglesia y deberíamos hacerlo.
Se es perezoso cuando impulsados por el cansancio o desgana, dejamos de hacer aquello que deberíamos hacer.
El propio catecismo de la Iglesia, afirma que entre otros, genera los siguientes pecados hacia Dios:
- La acedia
- La ingratitud
- La indiferencia
- El odio a Dios