En la parábola de las ovejas y los cabritos se puede observar claramente cómo se hace una similitud entre el hombre justo y el injusto —con las ovejas y los cabritos respectivamente, porque así tal cual será la separación del hombre al final de sus días.
Cuando el Hijo del Hombre esté delante de los hombres, en el juicio final, ahí veremos su gloria y, frente al pastor (Dios), estarán las ovejas, las que actuaron según la voluntad de Dios y los cabritos quienes no tuvieron acciones según la voluntad de Dios serán castigados.
La enseñanza de la parábola de las ovejas y los cabritos
Es importante entender que muchas veces hemos oído hablar que la venida de Dios será para hacer una limpieza y apartar al hombre puro del impuro, por tanto, podemos observar, que en los versículos de Mateo 25: 32-33 Jesús hablándole a la multitud les hablaba de cómo sería la venida del Dios para juzgar al hombre.
En el versículo 32 se menciona que las naciones estarán delante de Dios y que serán apartadas, clasificándolas por sus obras buenas y sus obras dejadas de hacer, y es entonces, cuando se compara a Dios con el pastor y a cada una de las divisiones de las naciones como ovejas y cabritos.
Dios como pastor apartará las ovejas de los cabritos, donde las ovejas las colocará a su mano derecha, mientras que a los cabritos los apartará a su lado izquierdo.
Si observamos toda la palabra como un todo podemos darnos cuenta que el hombre se le juzgará por sus acciones o cómo actúa con los demás, y que Dios está presente en cada uno de nuestros semejantes, para ver como obramos y actuamos en cada una de las situaciones que se nos presentan en el camino.
Lo cierto es que los que coloca a su derecha, que en este caso serían a las ovejas, les otorga como premio, la propiedad de reino que fue preparado desde la fundación del mundo, así que las ovejas reinarán junto a su padre en el paraíso.
Sin embargo, a los cabritos que colocó a su izquierda, les espera otro final, ese final que muchas veces no nos convencemos completamente de que pudiera pasar, es un final triste porque Dios todos los días nos da la oportunidad de hacer el bien y de actuar en consecuencia como lo mandan las leyes de Dios.
De manera que, es mejor buscar estar atentos, y por tanto, observar cada uno de las acciones que Dios coloca en nuestro camino y no responder como cabritos, sino como ovejas, para que al final de la gloria de Dios, el pastor tenga más ovejas a su derecha que cabritos a su izquierda.
La parábola de Las ovejas y los cabritos versículo
En Mateo 25: 32-33 se lee: “y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos a los otros, como apartará el pastor a las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.”
Así que tú decides de cuál lado quieres estar, si quieres ser oveja o cabrito, por tanto, cualquiera de las dos posiciones tendrá la recompensa merecida.