En la parábola de El juez injusto, Jesús narra a sus discípulos la historia del juez que no tenía temor a Dios, pero aun no temiendo a Dios, decidió hacer justicia para que aquella viuda no lo fastidiara.
Así muchas veces actuamos en la vida, no por temor a Dios, sino movidos por nuestro propio ego, así que seguidamente presta atención a la enseñanza que puedas sacar de esta parábola, y que sea de lección para aquellos que se aprovechan de hacer justicia, entre comillas, no porque temen a Dios, más bien alimentados por cosas adversas.
Enseñanza de la parábola de El juez injusto versículo
Para comenzar su sermón Jesús en Lucas 18:1, nos recuerda que debemos orar constantemente, sin jamás dejar de hacerlo, de manera que es la oración la que nos mantiene en comunicación con Dios, para que sea él, quien nos reconforte en cualquier momento de nuestra vida.
La oración es la que fortalece el espíritu, y a través de ella, nos mantenemos en comunión con Dios, así que no desmayemos, pues en cualquier momento la respuesta vendrá desde los cielos.
Seguidamente, les comenta del juez que no tenía temor a Dios, ni mucho menos respeto hacia sus semejantes, al que una viuda acudió para solicitarle que le hiciera justicia en contra de su adversario.
El hombre teniendo autoridad dada por los hombres que no tiene temor de Dios y mucho menos respeta a los que se debe, es un pobre ser, pero ¡Ay, de aquel que en la hora menguada, quiera justicia! De seguro la encontrará, porque Dios es un Dios justo, verdadero.
Sin embargo, aunque por cierta cantidad de tiempo no le prestó ninguna atención a las súplica de la viuda, luego reconociendo que no era temeroso de Dios, ni tampoco respetaba al hombre, decidió hacerle justicia a lo que la viuda le había solicitado, pero no por temor a Dios, sino más bien lo hizo para que aquella, no le molestara constantemente.
Además, previendo sus propias palabras de que le agotara la paciencia, por sus constantes idas a pedirle lo mismo.
Por tanto, es mejor que permanezcamos haciendo justicia según sea nuestra conciencia, pues cuando Dios venga a hacer justicia, será para el injusto la misma justicia que Dios impartirá para con los que le claman justicia al injusto a toda hora.
Pero nuestro padre celestial hará justica tanto a buenos como a malos, por lo que debemos estar atentos con nuestras acciones, para que cuando el Hijo del Hombre venga haya en medio de nosotros la esperanza e intacta la fe.
Permanezcamos pues, orando día y noche para Dios oiga nuestras súplicas, ya que él, nunca nos fallará, así como responde a los injustos, cuanto no más a los que perseveran fieles y prudentes en la espera, sin desesperar.
Versículos de la biblia
Lucas 18:1-8
Parábola de la viuda y el juez injusto
18 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.
3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,
5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.
7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?
8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
Finalmente, se desprende de los últimos versículos del referido capítulo, que hay que velar, permanecer en vigilia para que cuando venga el Hijo del Hombre nuestra fe esté intacta, y podamos estar en presencia de Dios y estar con él para siempre.