El mundo hoy nos tiene sumergidos a una velocidad que a muchos nos cuesta seguir, nos vemos atrapados en algo que realmente no nos complace, pero no hacemos nada por cambiarlo, simplemente seguimos a un ritmo que finalmente nos afecta y aleja del camino de Dios.
Esto no significa que lo que el mundo nos ofrece sea malo, pues es un regalo de Dios, solo es saber discernir y diferenciar lo bueno de lo malo y tomar lo que nos convenga. Pero algo que debemos hacer para caminar en sintonía con Dios, es orar permanentemente.
San Judas Tadeo es un aliado perfecto y podemos seguir su devoción, orando cada día y rogando su intersección a nuestro favor.
A continuación la Vocación de San Judas Tadeo, primer día:
Cristo nos dice muy claramente, que “el que me sigue no anda en las tinieblas”. Con esto Dios nos hace un llamado para que imitemos su vida santa, una vida donde no existe la ceguera espiritual y seguir la luz que él nos ha colocado desde lo profundo de su corazón.
Algo que hizo muy obedientemente San Judas Tadeo, quien imitó y consagro su vida siguiendo la doctrina de Jesucristo, lo que se hizo sentir con mayor fuerza, desde el momento que junto con los otros once, conformaron los leales y fiel acompañantes de Jesús. Al ser un Apóstol más y predicar su palabra, evangelizado a todo aquel que en el camino se encontraba.
Esta es una enseñanza que como cristianos hijos de Dios, estamos llamados a seguir acá en la tierra, extendiendo la fe de Nuestro Señor. Un llamado que no es exclusivo para sacerdotes o religiosas, todos absolutamente podemos seguir este llamado, por la conversión de las almas y las nuestras.
Un camino que con obediencia, paciencia y humildad, debemos caminar y ser ejemplo digno de nuestro amado Padre, quien padeció los más terribles sufrimientos por darnos la vida eterna.
Amén.
Al haber empezado con esta hermosa vocación a San Judas Tadeo, culminamos rezando un Padre Nuestro y una Ave María, pidiendo que nos ayude a ser imitadores de Cristo, acá en la tierra.