Salmo 14

¿Cuál es el salmo 14?

1 Del maestro de coro. De David.

El necio se dice a sí mismo:

«No hay Dios».

Todos están pervertidos, hacen cosas abominables,

nadie practica el bien.

2 El Señor observa desde el cielo

a los seres humanos,

para ver si hay alguien que sea sensato,

alguien que busque a Dios.

3 Todos están extraviados,

igualmente corrompidos;

nadie practica el bien,

ni siquiera uno solo.

4 Nunca aprenderán los malvados,

los que devoran a mi pueblo

como si fuera pan,

y no invocan al Señor?

5 Miren cómo tiemblan de espanto,

porque Dios está a favor de los justos.

6 ustedes se burlan de las aspiraciones del pobre,

pero el Señor es su refugio.

7 ¡Ojalá venga desde Sión la salvación de Israel!

Cuando el Señor cambie la suerte de su pueblo,

se alegrará Jacob, se regocijará Israel.

Necesidad y corrupción del hombre

El Salmo 14 parte de la misma base que el 53 «insensatez y maldad de los hombres», es una queja extensa de lo que le desagrada a un justo rodeado de perversión. El texto es oscuro y triste, quizás provenga de una misma fuente que los escribas no supieron como transmitir bien el mensaje por eso algunos de sus versículos parecen ser reconstrucciones poco reales o hipotéticas. Tal vez por eso algunas versiones modernas no coinciden con los detalles.

Dios consciente de la maldad en la tierra

Aquí lo que más se enfatiza es la maldad que domina la sociedad en la que se encuentra. El salmista culpa de cierta forma a los sacerdotes que no hacen nada para detener la situación y los amenaza de manera terrible. Una vez más las oraciones con más dolor y peso terminan con suplicas de la llegada de Yahvé para que restaure la fe en los demás, la moral y la tradición religiosa. Es un poema de carácter sapiencial, con siete versículos, escrito por David. Algunos escritos piensan que su composición se remonta en la época del exilio de Babilonia.

Por ellos se culpa a los sacerdotes, que en aquel entonces se les conocía por desviar a las personas del camino de Dios. Para los primeros versículos se puede apreciar el ateísmo puro, una cita que daría un «necio» que sería identificado como un materialista, solo pendiente de los bienes exteriores. Él cree que puede hacer su vida sin la necesidad de Yahvé, que no hay quien victoree las buenas acciones y castigue las malas.  En el salmo especifica que las palabras de ese necio eran de corazón, y los hebreos consideraban que hablar con el corazón, era pensar.

Entonces los pensamientos íntimos del necio son despreocupados en cuanto a lo religioso, por esto lo deja en el lado opuesto de los sabios, quienes fabrican sus vidas bajo el enunciado de que el principio de la sabiduría es el temor a dios. Además renuncia a todo valor moral que lo encamine, porque solo pensara en lo material.

¿Qué busca el salmo 14?

Lo que busca Dios se encuentra en las páginas de la Sagrada Biblia

No hay que avanzar mucho para comprender que el salmo cuenta que ya nadie obra de buena fe, pero que Dios está desde lo alto observando todo lo que hacemos, por lo tanto, si lo que más abunda es la maldad, Yahvé solo se quedará con los justos. Entre tanta inmundicia el Señor sabe donde conseguir hombres virtuosos, que se entreguen a su palabra en confianza. La oración es una petición sutil para que se fijen más en las pocas personas que hacen las cosas buenas, en sus virtudes.

En el salmo 14 también se habla de los sacerdotes que no hacían nada por crear justicia ni para proteger a los inocentes de los malos. Es por eso que no importa si rezan las oraciones, si no lo hacen de corazón, sus intenciones salen a la luz, la cara de la maldad nunca está oculta por mucho tiempo, y en aquella época los sacerdotes vivían para comerse las ofrendas y aprovecharse de su posición.


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