¿Cuál es el Salmo 3?
1 Salmo de David. Cuando huía de su hijo Absalón
2 Señor, ¡qué numerosos son mis adversarios,
cuántos los que se levantan contra mí!
3 ¡Cuántos son los que dicen de mí:
«Dios ya no quiere salvarlo»!
4 Pero Tú eres mi escudo protector y mi gloria,
tú mantienes erguida mi cabeza.
5 Invoco al Señor en alta voz,
y él me responde desde su santa Montaña.
6 Yo me acuesto y me duermo,
y me despierto tranquilo
porque el Señor me sostiene.
7 No temo a la multitud innumerable,
apostada contra mí por todas partes.
8 ¡Levántate, Señor! ¡Sálvame, Dios mío!
Tú golpeas en la mejilla a mis enemigos
y rompes los dientes de los malvados.
9 ¡En ti, Señor, está la salvación,
y tu bendición sobre tu pueblo!
Oración matutina de confianza en Dios
Este no es solo un Salmo para suplicar la protección divina contra adversarios y amenazas. El Salmo 3 pregona ante Dios la entrega de quien lo reza, una confesión para constatar la fe y la confianza. Demostramos que nos entregamos en cualquier circunstancia al Señor, nos quedamos por Él para que sostenga nuestra vida y reciba cuando llegué el momento nuestras almas.
Buscamos mezclarnos con la creación de Dios, iniciarnos con la intimidad del mundo que observa el camino y provee el aire que respiramos. Obtener sabiduría a través de lo que está, del cielo, las estrellas, las luces y sus sombras. Aprender que en la gracia de las cosas hay subidas y bajadas, como el día y la noche, y el cambio de las estaciones del año. Comprender que siempre existirá el sol y las tinieblas.
Así como se tiene coraje y valentía para levantarse, hace falta valor para acostarse de igual forma. Es necesario afrontar que el despertar y el descansar forman parte de un ciclo eterno de nuestras vidas para poder adaptarse a ella. Así lo que no deja de preocupar, los problemas, y los males no serán más los motivos para impedir que entendamos la creación de Dios y conozcamos de lleno su amor.
Curiosidades del Salmo de confianza
Debido a el primer versículo de este salmo, se sabe que el autor fue el mismo David cuando tuvo que huir de su hijo Absalón quien buscaba el trono de su padre en Israel. Al rebelarse contra David, el Rey tuvo que salir de Jerusalén para llegar a Jericó. Todo esto acompañado de su familia y su guardia. Absalón puede ser visto como aquella persona cercana a la familia o de la misma sangre que nos traiciona o causa dolor.
Hay veces que se le otorga al Rey David Salmos que no fueron compuestos por él, pero este puede ser uno de los que si pertenecen a sus piezas, pues el lenguaje y la forma poética en la que se escribió contienen también una composición preexílica.
A pesar de que en el Salmo 3, anuncian el «monte santo», el templo de Yahvé no había sido construido cuando David enfrentaba la situación de Absalón, sin embargo el arca de la alianza ya había sido ubicada en la montaña de Sión, por esto se justifica la denominación antes nombrada.
Cuando se hace alusión a «No temo a la multitud innumerable, apostada contra mí por todas partes», se refiere a los insurrectos que provocaron la huida precipitada.
El Salmo se divide en cuatro estrofas:
- Situación rápida del que reza (2-3)
- Dios, defensor de justo atormentado (4-5)
- Re afirmación de la confianza en Yahvé.
- Suplica de protección y salvación.
Las estrofas están compuestas de forma lírica y dramática, mostrando lo que siente el salmista en una situación comprometedora. A pesar de la tristeza, toda la oración está hecha con el sentimiento firme de la confianza, porque tiene experiencia en el salvaguarda divino mediante vivencias fuertes superadas.