Los diez mandamientos, una película de 1956.
Título original: The Ten Commandments
Año de estreno: 1956
Duración del metraje: 219 minutos
Director: Cecil B. DeMille
Música: Elmer Bernstein
Reparto: Charlton Heston, Anne Baxter, Yul Brynner, Yvonne De Carlo, Edward G. Robinson, Debra Paget, John Derek, Cedric Hardwicke, Nina Foch, Martha Scott, Judith Anderson, Vincent Price
Premios obtenidos:
1956: National Board of Review, premio al mejor actor para Charlton Heston.
1956: Nominada al Globo de Oro por mejor actor de drama para Charlton Heston.
1956: Oscar por los mejores efectos visuales, recibió siete nominaciones
Sinopsis o argumento:
Moisés, siendo un recién nacido, es recogido del río por la hija del rey, Bithiah. Ella lo adopta y lo cría en la corte real. Cuando Moisés crece, obtiene la atención del monarca Seti, hermano de Bithiah, y de la princesa Nefertari, lo que disgusta al hijo mayor del monarca, Ramsés. Pero Moisés descubre su origen hebraico y conoce a su verdadera estirpe, lo cual lo lleva a dejar su vida a modo de infante y se vuelve esclavo.
Moisés salva de la muerte a un esclavo, Josué, al matar al atroz y desmedido constructor Baka, y es eliminado de Egipto por el monarca Seti. Por ello, tiene que cruzar el desierto para llegar a tierras de los pastores de Madián, y se convierte en pastor y forma una estirpe con Séfora, la hija de Jetró, quien es uno de los jeques de Madián.
Pero el deseo de Dios es que libere a los hebreos del abuso, y en una fecha, llama a Moisés por medio de un matorral ardiendo y le revela su Santa Palabra. Moisés regresa a Egipto para exigir a Ramsés que libere a su pueblo, pero por la negación y testarudez del monarca hace caer las diez terribles plagas preparadas por el Altísimo, pero pese a ello, Ramsés no escucha razones. Sólo la última plaga, que trae la muerte a los primogénitos de Egipto y por tanto al suyo, hace que Ramsés permita la liberación del pueblo judío.
Cuando los judíos en Egipto escuchan la palabra de Dios, Moisés guía a su pueblo hacia el desierto luego de las angustiantes tinieblas en las que la muerte quitó la vida de los primogénitos de Egipto.
Sin decomiso, Ramsés es influido nuevamente por su mujer Nefertari, y así se endurece otra vez su corazón y decide acabar con los hebreos. Pero el poder divino es muy grande y Ramsés pierde toda su hueste en el Mar Rojo, que lo cubre con las aguas. Ramsés comprende entonces que la deidad de Moisés y de los hebreos es la verdadera divinidad.
En las llanuras del Sinaí, Moisés asciende a la montaña sagrada para recibir los Diez Mandamientos que regirán la vida del pueblo de Israel recién liberado. Pero, al ver que se retrasan cuarenta días y cuarenta noches en la cordillera, los hebreos se desesperan y caen en la atracción de fabricar un ternero del metal dorado, al que adoran, hacen una entidad y otra y desatan así la indignación de Moisés y de Dios, que implica la condena del pueblo a transitar por el desierto por cuarenta años.
Así, Moisés termina su vida en las llanuras de Moab al no haber obedecido al Señor, liderando a los hebreos hacia una tierra prometida, y luego de dejar a Josué como aquel que debe continuar su camino, en las puertas del río Jordán muere en paz, aclamando la libertad para toda la Tierra y a los habitantes de ella.